Ante la inminente crisis alimentaria, la subida de los precios en los pequeños comercios, la crisis energética y la guerra entre Rusia y Ucrania ha supuesto un incremento considerable en la inflación en el sector alimenticio o sector Horeca provocando un aumento de los precios que afectan al carrito de la compra del consumidor final.
Inflación en el carrito de la compra 2022
Antes de nada, es necesario conocer qué es y cómo funciona la inflación para que nos demos cuenta del marco en el que nos encontramos:
¿Qué es y cómo funciona la inflación?
La inflación hace referencia al aumento de precios que se está produciendo en los productos que los consumidores españoles compran con mayor frecuencia.
La inflación se mide de dos formas distintas:
- Índice de precio al consumidor (IPC)
- Índice de precios minoristas (IPM)
Estas dos mediciones utilizan fórmulas diferentes en sus cálculos, pero se diferencian en que el IPM representa el aumento de los impuestos hipotecarios y municipales, mientras que el IPC no los tiene en cuenta. Por tanto, el IPC tiende a ser más bajo que el IPM.
La regla principal para explicar la inflación consiste en que, si aumenta el IPC o el IPM, aumentan tus costes del carrito de la compra. A medida que bajan estas mediciones, tus costes de compra disminuirán.
Si tu salario aumenta de acuerdo con la inflación, el coste real permanecerá igual ya que existirá un equilibrio entre el aumento de tus ganancias y el aumento de tus costes, pero si, en cambio, tu salario y la inflación no están sincronizados, sentirás negativamente los efectos de la inflación en la cesta de tu compra.
¿Cómo está afectando la inflación al pequeño comercio?

El incremento de la inflación nacional se deriva de varias circunstancias que han contribuido notablemente al aumento del índice de precios al consumidor afectando a los pequeños comercios y al consumidor final.
Algunas de las causas principales que afectan directamente a este incremento de la inflación puede ser el aumento de los costes para elevar la producción.
Esta causa se da en países en deuda, como España, que tienen dificultades para realizar los pagos correspondientes a entidades públicas o privadas.
Aunque el actual estado de inflación se vio acentuado tras la pasada pandemia de 2020, donde los precios de la energía se desplomaron a causa de la cuarentena del COVID-19 y el mundo se detuvo.
Todas las fábricas y empresas cesaron su actividad, se detuvo el consumo y el turismo, y por tanto no se producía materia prima.
Una vez que empezó el proceso de vacunación, la gente empezó a retomar sus vidas y hábitos de compra por lo que la economía empezó a recobrar el aliento después de más de un año de parón.
Este fenómeno provocó que las empresas no dieran abasto para generar las grandes cantidades de materia prima que se solicitaba a corto plazo con una sobredemanda que provocaría que muchos compradores compitieran por pocos productos.
En definitiva, los precios de las materias primas subieron y con ellas, también subieron los precios de los productos finales lo que terminó generando una inflación.
La actual crisis energética en los precios de la energía y carburantes y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania han evidenciado un panorama incierto y un incremento de la inflación sin precedente.
Los pequeños negocios se ven ahogados por los aumentos de precios ya que tienen diversos problemas para gestionar y administrar sus negocios debido al aumento de costes, encontrar productos escasos, precios elevados de las materias primas, mayores costes para mantener a sus empleados y la disminución de los clientes que podrían comprar menos productos o contratar menos servicios a como lo hacían anteriormente.
En el sector alimenticio, los pequeños negocios como panaderías y pastelerías han tenido que disminuir su producción debido al aumento de los precios de las materias primas.
El aumento de los precios del trigo a un 39%, lácteos un 10% y demás materias primas que alcanzan hasta un 70% de incremento han provocado que la crisis se acentúa principalmente en el sector HORECA donde los pequeños negocios tienen que contener los precios o bien gracias a las reservas de existencias de materias primas como a la reducción del producto para ahorrar costes.
Aparte del incremento de los precios de las materias primas, los pequeños comercios dedicados a las actividades de restauración y fabricación de alimentos han tenido que hacer frente a la subida en la factura de la luz.
Muchas panaderías y pastelerías locales se ven obligadas a cambiar sus horarios laborales a horarios de producción nocturnos adaptándose a la necesidad de reducir costes en el consumo eléctrico.
La invasión a Ucrania por parte de Rusia no solo ha provocado un aumento en el precio del gas y la electricidad, sino también en el incremento del precio de materias primas como cereales, aceite y otros productos alimenticios, provocando un aumento de hasta el 60% en el precio de la cesta de la compra.
¿Cómo está afectando la inflación al consumidor final?

Como no podía ser de otra forma, la actual inflación no ha tardado en afectar a los hogares españoles, tanto de rentas altas como de rentas bajas, que han experimentado un incremento en el precio de las cestas de sus compras de hasta un 5,6% y un 4,3% respectivamente.
En euros podemos decir que los hogares con las rentas más altas en España han sufrido un gasto de unos 1329 euros en sus cestas de la compra en comparación a los 618 euros de gasto de los hogares con las rentas más bajas.
A estos datos desalentadores en el incremento de la inflación se une la desaceleración del Producto Interior Bruto (PIB) de España de hasta un 4,5% durante el primer trimestre del año 2022.
Todo esto, ha provocado que el consumo en los hogares españoles haya disminuido hasta un 3,7% según los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
A pesar de la recuperación del mercado laboral, el consumo en España sigue siendo bastante débil en comparación a años anteriores a la pandemia y se espera que las medidas en las políticas fiscales ayuden a equilibrar el crecimiento ya que la subida de la inflación en España podría repercutir negativamente a toda la zona euro.
La situación de incertidumbre actual y el incremento de la inflación y los precios de materias primas han hecho que las empresas modifiquen sus modelos productivos para reducir todos los costes posibles y reconsiderando sus productos y estrategias de precios.
Por parte de los consumidores, los hogares españoles se han visto obligados a reducir su consumo de productos habituales y hacer una compra más selecta de los productos primarios y servicios.
Se prevé una mejora durante el presente trimestre, aunque es difícil asegurar nada ante la situación macroeconómica mundial, el todavía presente conflicto bélico en Ucrania, el incremento constante de los precios de los carburantes y la factura eléctrica y la reciente salida de las restricciones por la pandemia.