El ‘cashback’ permite obtener efectivo al pagar la compra en comercios que cuenten con ese sistema
Cada vez son más los métodos virtuales que tenemos a nuestra disposición para abonar las compras: podemos hacer una transferencia, pagar con una tarjeta física, o con la que tenemos integrada en el teléfono móvil. Pero siempre habrá un momento en el que necesitemos tener dinero contante y sonante en el bolsillo.
Para eso están los cajeros automáticos, o las oficinas bancarias. Pero, ¿qué ocurre cuando no tenemos cerca ni lo uno ni lo otro? Existe una fórmula, aún no demasiado extendida entre el gran público, que permite disponer de efectivo en esas circunstancias.
Se llama ‘cashback’, que traducido al español significa algo parecido a ‘dinero de vuelta’. Funciona de la siguiente manera: si vamos a un supermercado y además de adquirir una serie de productos queremos disponer de, por ejemplo, 20 euros en efectivo, se lo haremos saber a la persona que nos atiende. Si la compra asciende a 40 euros, nos cobrarán 70, que abonaremos con la tarjeta de crédito, y el resto (30 euros) nos lo darán en metálico.
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