Recurrir al banco para pedir financiación es una vía frecuente para disponer de dinero adicional con la que evitar caer en la espiral de deuda que generan las tarjetas de crédito. Sin embargo, equilibrar las necesidades financieras es imprescindible para afrontar pagos con responsabilidad.
En la constante búsqueda de equilibrio económico, los préstamos personales se presentan como una opción tentadora para obtener ese impulso financiero que nos permita enfrentar imprevistos o realizar proyectos. No obstante, la clave radica en no convertir esta solución temporal en una trampa de deuda perpetua. Vamos a profundizar en este asunto.
¿Qué son los préstamos personales?
Lo primero, es esencial entender la naturaleza de un préstamo personal. Este tipo de crédito permite a los individuos obtener dinero de instituciones financieras, que luego deben ser devueltos en plazos, generalmente mensuales, junto con una tasa de interés. En la mayoría de los casos, no es necesario especificar el propósito del préstamo, lo que ofrece una flexibilidad considerable en su uso.
Manejo responsable del préstamo personal
La capacidad para gestionar un préstamo personal de manera efectiva y responsable es esencial. Como regla general, el total de tus obligaciones financieras, incluyendo el pago del préstamo, no debe exceder el 30-40% de tus ingresos netos mensuales. Si se cruza este límite, es probable que se caiga en una situación de sobreendeudamiento, lo que puede llevar a dificultades financieras severas.
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Fuente: La información